El término "resiliencia" (que en física es la propiedad de los cuerpos elásticos de recobrar su forma original) fue adoptado en psicología para caracterizar a aquella capacidad de afrontar situaciones de estrés y salir fortalecidas.
Pero hay que tener en cuenta que la experiencia migratoria es un reto, y como tal se puede salir muy fortalecido o muy dañado. De hecho, en las parejas de expatriados hay una alta incidencia de divorcios, alcoholismo y fracaso escolar en los hijos.
"No siempre la modalidad con la que se trabaja con una familia resulta con otra, pero hay elementos, a modo de factores protectores de resiliencia, que ayudan a realizar el proceso de adaptación", detalla Korenblum.
- Participación familiar en las decisiones: sentir que todos tienen voz y voto, principalmente voz, ya que sentirse escuchado es fundamental. De esta manera, el cambio puede ser visto como un desafío apasionante, en el que todos se sienten involucrados y comprometidos.
- Límites: si bien es bueno que todos participen de la discusión, a la hora de tomar las decisiones debe quedar en claro quién es el adulto. Los límites y las jerarquías son necesarios para conservar un orden interno de la familia, pautas horarias y de modalidad, independientemente del país de turno.
- Descentralizar las culpas: sobre todo en el momento de la adolescencia, los conflictos entre padres e hijos se acrecientan. La búsqueda de la propia identidad es un tema crucial en esta etapa, pero lo cierto es que las ventajas de conocer otras culturas son enormes. En un buen proceso de duelo migratorio, después del primer shock cultural, habrá una ganancia en la integración de la nueva sociedad, que podrá ser muy enriquecedora.
- Comunicación franca: decir lo que nos duele, aunque nos resulte difícil. Institucionalizar espacios de escucha y, si no existen, crearlos.
Pablo Pereira, ex jugador de la selección argentina de vóley y actual integrante del equipo de River Plate, aporta su experiencia. "Jugué muchos años en Italia, y junto con mi mujer nos instalamos en Verona. Allá nacieron nuestras dos hijas, y en esos momentos tan importantes toda nuestra familia estaba lejos. La comunicación con nuestros amigos y parientes era cotidiana, pero nunca es lo mismo. Como pareja pasamos momentos buenos y otros difíciles, pero tengo que reconocer que la que más se sacrificó fue ella, y gracias a su apoyo nuestro matrimonio se fortaleció mucho."
Cristina, brasileña, ex empresaria vivió 3 mudanzas internacionales con 1 año y medio entre cada una de ellas, en 3 países; confesó estar agotada emocionalmente. " Armar una casa, organizar la rutina de la casa, de los hijos ,de la familia, de la pareja es más que un trabajo: es una experiencia de vida que te marca la vida ,te hace cambiar la mirada sobre los valores que realmente son importantes en la vida... Adaptabilidad no es para todos. .. si usted sobrevive a tal estress , seguro tendrá muchos aprendizajes. Agradezco a las nuevas amigas que hice mientras vivi en Chile y en Argentina."


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